Mi vecina tranquila

La glamorosa Desiree Dulce se está preparando para una cita nocturna con su exitoso y ocupado esposo. Después de lavarse, se puso unas medias y un vestido de noche. Luego viene la espera. Lo que está a punto de descubrir es que su marido no podrá hacer eso. De nuevo. Este chico sin emociones ni siquiera se molestó en decírselo. En cambio, envió a su asistente personal para darle la mala noticia: Manuel Ferrara. Desiree no está contenta, pero Manuel recibe una buena noticia: tiene instrucciones específicas de su jefe para hacer lo que sea necesario para hacer feliz a su esposa. Cuando Manuel derrama algo accidentalmente, Desiree le pide que le lave los pies con champán. Ella le pide que complete tareas cada vez más extrañas y sexuales, hasta que finalmente se cansa. Manuel regaña a Desiree por aprovecharse de su mansedumbre y dominarla, primero agachándose y sorprendentemente arrancándole las medias. Aunque él la domina, todavía pasa mucho tiempo adorando sus pies y estimulándola sensualmente.